EL BARRO COMO MATERIAL DE CONSTRUCCIÓN

El barro es uno de los materiales de construcción más antiguos, junto con la piedra y la madera. Su uso se encuentra en construcciones de los cinco continentes; edificaciones de miles de años demuestran su durabilidad.

Hoy en día nos permite su uso tanto en la restauración como su utilización en una obra nueva, las propiedades de este material y su valor medioambiental superan las de cualquier otro material de construcción actual; el barro es una alternativa natural ante materiales modernos con alto contenido de sustancias tóxicas y contaminantes.

La tierra arcillosa (sin cocer) ha sido utilizada para construir en todos los continentes y en todas las edades de la humanidad, desde que los hombres primitivos decidieron juntarse en asentamientos permanentes.  ¡Lo que quiere decir que tiene unos 10.000 años de historia! En la edad moderna, se ha estimado que entre un tercio y la mitad de la población del mundo vive en casas hechas de tierra.

En la antigüedad se usaba el barro para edificaciones como la técnica con la técnica de trenzado, relleno de barro y fibra vegetal en el Sur de Alemania datado hace 15.000 años. Templos y casas en Asia, África, América del Sur, ejemplos visibles de casas de adobe en Castilla, tabiquería de trenzado en Galicia, uso del barro como mortero en la construcción de casas de piedra, ocasionalmente aún se encuentran revoques de barro, en general, de una apariencia muy basta.

En el Yemen (Oriente próximo y Africa), hoy en día sigue habiendo edificios de más de 12 pisos de altura, hechos de arcilla no-cocida. En Taos, New Mexico (EEUU) hay edificaciones de más de 900 años que aún se están utilizando. La Alhambra de Granada está construida con tierra.

La arcilla (mezclada con arena, paja u otros ingredientes) se puede usar en muchos aspectos de la construcción: revocos o enlucidos, hacer particiones interiores (con paja), suelos de adobe vertido, ladrillos de adobe, “cob”,  “pisé” (Francia), ladrillos comprimidos de tierra, tapial…  se pueden hacer desde muros de carga hasta relieves esculturales y pinturas.

La arcilla es el producto del desgaste químico de “feldespato,” uno de los minerales más comunes en la corteza de la tierra. Las moléculas de la arcilla son planas, como platos. Así, cuando se adhieren entre sí, forman “copos” más largos (aunque aún microscópicos). También combinan con el agua.

La arcilla tiende a ser maleable cuando está mojada, y dura y quebradiza cuando está seca. Hay muchas clases de arcilla, cada una con características ligeramente variadas. Algunas combinan con óxidos minerales y pueden adquirir un arco iris de colores. Para la construcción su característica más interesante es la adherencia. Es el pegamento de la mezcla.

La arcilla se expande cuando está mojada, contrayéndose cuando se seca. Esta tendencia puede hacer que aparezcan muchas grietas. Sin embargo, cuando se mezcla con arena, mientras se seca la arcilla, se encoge y en los huecos quedan los granos afilados de arena, produciéndose una unión fuerte al juntarse estos dos materiales.

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